IGLESIA DE NUESTRA SEÑORA DE LA ASUNCIÓN

 

    La primera iglesia parroquial que hubo en El Provencio estuvo bajo la advocación de Santa María Magdalena. Al no haber quedado prácticamente resto alguno, salvo una cruz de piedra sobre un pequeño cerro y que hoy en día se encuentra en el centro aproximadamente del cementerio actual, es muy difícil precisar su construcción, aunque su ubicación parece ser que estuvo donde hoy se encuentra la pista municipal y centro cultural.

    Se sabe que tuvo dos naves, sus paredes eran de yeso y piedra y su cubierta de madera. Fue la antigua iglesia parroquial hasta 1.583, en cuya fecha se bendijo la actual. El palacio de los señores de esta villa estuvo contiguo a esta iglesia.

     Aunque no se puede precisar con total exactitud, sin embargo se puede deducir que el comienzo de su construcción fue en 1.560 y sí se sabe que la primera misa se celebró en el mes de Mayo de 1.583.

    La iglesia actual está bajo la advocación de Nuestra Señora de la Asunción, y tiene un estilo de finales de gótico-árabe y comienzos del Renacimiento. Consta de tres naves de igual altura y cuatro tramos separados por 6 columnas. Se cubre con bóvedas de terceletes de crucería propias del gótico tardío.

                                                                                                              

    En ella trabajó el vizcaíno maestro de cantería Juan de Orzollo. Éste intervino igualmente en la construcción de las iglesias de Sisante, San Clemente, Vara de Rey, Puebla del Salvador y La Roda. Juan de Orzollo murió en Febrero de 1.579 por lo que sus obras se interrumpieron.. Su viuda en un acta de poder del 2 de Mayo del año anteriormente mencionado enumera sus obras construidas, citando la de El Provencio (A.P. El Provencio. Libro de fábrica).

    La piedra para su construcción fue traída de las canteras de Vara de Rey y Sisante.

    El 26 de Enero de 1.569 nombra a Lope de Guemes para que tase la obra, aún sin terminar, junto con Ambrosio de Aguilera, nombrado este por el obispado.

    A los herederos de Orzollo, junto con los carpinteros que la cubrieron, se les debían 4.000 ducados (A.D.C.L. 202, folio 119v).

    En 1.561, el Concejo de El Provencio paga a Orzollo 20.000 maravedíes. En 1.562, el 1 de Noviembre el mayordomo de la iglesia le paga 55.000 maravedíes.

    En 1581, el 12 de Enero, el licenciado Castañeda informa que la iglesia de El Provencio debe dinero a los herederos de Orzollo, San Juan y Juana de Orzollo.

    En 1.593, el 21 de Enero el mayordomo de la iglesia de El Provencio entrega 169,983 maravedíes a San Juan de Artiaga, hijo de Juan de Orzollo, por la obra que su padre ejecutó, con lo que queda saldada la deuda (A. P. El Provencio, libro de fábrica 1584, 1608).

    La iglesia quedó cubierta en 1.580. Mide 45 m. de larga por 21,50 m. de ancha y 16,50 m. de altura desde el pavimento.

    En 1.625 D. Juan Merchante Roldán  y su mujer Dña María López mandaron construir en la parte suroriental de la iglesia una capilla por 110.000 maravedíes, con autorización y licencia del Sr. obispo de la diócesis de Cuenca D. Enrique Pimentel. En ella se construyó un retablo con un cuadro de la Anunciación. Uno de los últimos poseedores de esta capilla fue el presbítero D. Antonio Merchante que murió en 1.857, el cual dotó a la iglesia de dos cuadros que estuvieron expuestos a ambos lados del altar mayor, pintados al óleo sobre lienzos, con el motivo de La Muerte o Tránsito de San Francisco de Asís uno de ellos, el cual fue llevado a la exposición internacional de Barcelona en 1.929 de donde no regresó. El otro cuadro representaba a San Pedro de Alcántara al que yo personalmente recuerdo en muy mal estado y que desapareció tras la reforma realizada para la adaptación del altar mayor a las directrices del Concilio Vaticano II. La capilla actualmente es la capilla de Nuestra Señora del Rosario y de San Roque que fueron trasladados aquí  en 1965 siendo párroco de El Provencio D. Félix Lorca Urango. Se puede ver a la derecha de la entrada una losa que da acceso a la cripta donde estuvieron enterrados sus fundadores. En la restauración de la iglesia en 1996 la cripta se adaptó para ser usada como capilla. 

                                                          

                                                 Capilla                                                         Bajada a la cripta

    En 1.637 se inició la construcción de las bóvedas, que fueron adjudicadas a Francisco del Campo, maestro mayor del obispado y se terminaron en 1.640. Las cuatro bóvedas principales de la nave central son de planta cuadrada, nervadas e iguales en su trazado.

                                        

                                                                                     

                                                                            Bóvedas                                                     

 

    Las bóvedas de las naves izquierda y derecha son de planta rectangular, salvo la del coro correspondiente a esta última, que es cuadrada. Todos los arcos sobre los que descansan las bóvedas de las tres naves son de medio punto, tanto en los vanos centrales como en los muros laterales.

    Las cuatro columnas que forman el tramo de las portadas de acceso son fustes de sección circular, sus basas son de planta cuadrada y los capiteles son de orden jónico

                                                                  

                                                                                Sección de columna y capitel jónico

 

    Las dos columnas más próximas al presbiterio son más estilizadas, con fustes más barrocos y los capiteles se rematan con cuatro capitelillos enfrentados de orden compuesto.

                                   

                             Basa de columna compuesta                                           Columna y capitel compuesto

 

En la columna más próxima al altar mayor estaba ubicado el púlpito, que fue destruido en la Guerra Civil y posteriormente reconstruido, pero con la reforma del rito litúrgico tras el Concilio Vaticano II y la modernización de los medios de audición, se retiró al considerarse innecesario, así como el retablo del altar mayor construido tras la Guerra Civil.

En la columna próxima a la entrada por la puerta N. se puede leer: Juan Martínez Valdivieso, Montañés, 1640.

                                                         .

                                                                                     Columna con inscripción

 

La situación de la torre en el ángulo nororiental permitió añadir dos crujías sobre las que se levanta el coro y que han desaparecido con la restauración actual.

                                                                                                            

                   Vistas del coro antes de la restauración y entrada de las crujías

 

    En el muro lateral derecho hay tres ventanales en sus tramos primero, tercero y cuarto, apilastrados, con parteluces y terminados en arquillos de medio punto, con capitel de estilo jónico. En el segundo tramo hay un óculo abocinado y en el último tramo, en el coro, hay una tronera vertical. En la parte trasera del templo, en la zona Oeste y a la altura de la parte central del coro, se encuentra un óculo o ventanal circular, que proporciona la iluminación a éste y a la parte trasera de la iglesia.

      

        Ventanal                                               óculo abocinado                                      Tronera vertical

 

    La fachada Norte, en cambio, en su muro no hay ventanal alguno

                                                        

                                                                                                      Fachada Norte

 

    Los accesos al templo están constituidos por dos portadas iguales y enfrentadas, situadas en los muros Norte y Sur.

      La torre tiene 43 m. de altura y su construcción se comenzó en 1.622. Su remate tiene forma piramidal y tuvo varias fases, una en 1768, quedando en falso. Posteriormente, entre los años 1.792 y 1.854 se volvieron a hacer nuevas composturas. Está ubicada en la esquina Noroeste del templo y a su campanario se accede a través de una escalera de caracol. Junto al muro que separa el campanario de la iglesia  y en su parte interior a la iglesia hubo un pozo cuya finalidad se desconoce y que con la última restauración fue cegado.

                                         

                            Torre                                                           Exterior de la escalera de caracol

 

    En el campanario había tres campanas, dos grandes una más pequeña, así como un reloj de gran tamaño que marcaba las horas con sonido de campana. Había un relojero encargado de subir todas las semanas a darle cuerda  Durante la Guerra Civil el reloj fue destruido y las campanas fueron arrojadas al suelo y llevadas para su fundición. Después de la Guerra Civil se repusieron las campanas y el reloj y en Abril del año 2.013 se restauraron las campanas, tomando como nombre: " Corazón de Jesús", " Inmaculada Concepción" y "Virgen del Rosario". El reloj, por su parte, se ha optado por su desaparición.

                             

       La actual iglesia parroquial tuvo inicialmente un monumental retablo en el altar mayor con las típicas características del estilo barroco, pero fue destruido en la Guerra Civil. Para darle a éste mayor realce lo elevaron sobre once gradas o escalones por  los cuales se ascendía a él. Posteriormente se redujeron a solamente tres para evitar así que a las mujeres se les vieran las pantorrillas cuando subían a comulgar, idea nada extraña en la moral de aquella época.

                               

                        Retablo primitivo                                                           Retablo tras la Guerra Civil

        El coro se construyó en 1.605 de acuerdo con los cánones de Juan Zurí de Obieta, aunque parece ser que su ubicación no fue la que ocupa actualmente y se desconoce ésta. En 1.779 se construyó el coro en alto tal como está ubicado en la actualidad.

          Coro anterior a la actual restauración

    Tanto la antigua iglesia de Santa María Magdalena, como la iglesia actual, estuvieron regidas por un vicario hasta 1.803, en cuya fecha fue descendida a curato.

     En 1.530 regentaba la vicaría de esta villa D. Juan del Pozo, sacerdote de varios pueblos de la diócesis de Cuenca y canónigo también de la catedral. A él se le debe la construcción del Puente de San Pablo de Cuenca, así como también el convento del mismo nombre, para cuya fundación el Papa Alejandro VII en 1.525 hizo una concesión apostólica, agregando a dicho convento los frutos de la vicaría perpetua de El Provencio. Esta vicaría rentaba 200 ducados en 1.581 y cuya décima parte pasaba por anexión al Convento de San Pablo de Cuenca.

    En 1.753 había 12 sacerdotes, incluido el vicario. En 1.840 ya solamente había tres. Este dato nos da a conocer la decadencia en la que progresivamente ha ido evolucionando la villa de El Provencio. En el siglo XX la parroquia ha sido regida por un solo sacerdote, exceptuando el periodo comprendido entre 1.966 a 1.970 en que hubo dos sacerdotes, el párroco y un coadjutor. También esta reducción hay que atribuirlo a la carencia de vocaciones sacerdotales que caracteriza a los últimos tiempos, que no permite tener más sacerdotes, no sólamente El Provencio, sino la generalidad de poblaciones.

    Como ha quedado ya reflejado, la iglesia está bajo la advocación de Nuestra Señora de la Asunción. Se bendijo el 1 de mayo de 1.583, en cuya fecha se dijo la primera misa celebrada por D. Francisco Sánchez de la Torre, cura párroco de San Clemente, previo permiso de Ilmo Sr. obispo de Cuenca D. Gómez Zapata.

    Asistió a esta primera misa el 8º señor de El Provencio D. Luis de Calatayud y Zanoguera Ladrón de Toledo y su tercera esposa Doña Isabel de Calatayud.

    El 30 de Enero de 1.986 se redacta un proyecto para la restauración, firmándose un convenio de colaboración el 26 de Abril de 1.997 entre la Consejería de Educación y Cultura y el Ayuntamiento de El Provencio. Dicho convenio fue firmado por D. Justo Zambrana y el entonces alcalde D. Mario Perona Bonilla.

     El coste inicial fue de 56.999.784 pesetas, financiado el 24,30 % por parte de el Ayuntamiento, el 32.40 % por parte de la Diputación Provincial de Cuenca y el 41,30 % por la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha. De la parte correspondiente al Ayuntamiento hay que restar 1,5 millones de pesetas que aportó el obispado.

     Aunque el proyecto inicial, como ha quedado reflejado, no llegaba a los 60.000.000 de pesetas, una vez terminada la restauración, los costes finales superaron los 80.000.000 de pesetas.

    Las obras se empezaron el 12 de Julio de 1.998 y se finalizó en 2.002. El arquitecto fue D. Agustín Peiró del Amo, siendo adjudicadas las obras a la empresa Rafael Gómez Galdón S. L. de Socuéllamos.

    Se realizaron las demoliciones de todo lo que se consideró necesario en su cubierta y se sustituyeron los elementos estructurales que se consideraron necesarios.

                                                         

                                                                              Trabajos de restauración

 

    En el interior del templo, hubo demolición del coro, restaurándose la barandilla, pudiéndose apreciar en su totalidad las columnas que antes permanecían ocultas.

                                                                   

                                                                                               Coro restaurado

 

        Su restauración siguió la misma línea que tenía el anterior. Asimismo, se hizo un rebajado y limpieza de las columnas con chorros de arena a presión, así como la limpieza de los nervios de las bóvedas.

     Se realizó un picado de las paredes, que en su interior estaban recubiertas de yeso y pintadas con líneas simulando la superposición de sillerías. Con este picado de paredes quedaron de esta manera las sillerías y mampostería al descubierto.

        La pila de bautismo, que estaba en una de las crujías bajo el coro fue trasladada y puesta a la izquierda del presbiterio.

                  

                           Pila bautismal                                         

    Se realizó el solado de la totalidad del templo que estaba en una deplorable situación y se colocaron cristaleras alrededor de las basas de las columnas con iluminación interior que permite una mejor y más bonita contemplación de las mismas.

                                                             

                                                                         Iluminación interior de las columnas

 

    Se restauraron las puertas de entrada, tanto la de la fachada Norte como la de la fachada Sur, adornándose las entradas exteriores con frontón curvo partido, coronado con hornacina.

                         

               Puerta anterior a la restauración                                           puerta tras la restauración

 

    Se sustituyó la puerta de entrada a la que había sido hasta entonces sacristía, convirtiéndose ésta durante una temporada en una capilla donde se han celebrado los cultos litúrgicos en los días cuya afluencia de público no es muy significativa.

                   

Nueva puerta de la antigua sacristía                              Capilla en la antigua sacristía

 

Finalmente, se ha instalado la iluminación, tanto interior como exterior, lo cual dota al templo de una gran luminosidad y belleza.

   

                       Iluminación exterior                                                              Iluminación interior

 

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Fuentes:      Mª Luz Rokiski Lázaro. "Arquitectura del S. XVI en Cuenca". Excelentísima Diputación Provincial de Cuenca.- 1989

                  Página web del Excelentísimo Ayuntamiento de El Provencio.

                   Archivo parroquial